Pues si. Por esas cosas de la vida resulté viajando a
Kiruna. Un lugar que muy pocos han oido, y que debo confesar, yo no había oido de él hasta que surgió la idea del viaje. ¿El motivo? El matrimonio de la mejor amiga de mi novia Karen; ella vive en Estocolmo hace varios años y el actual esposo (sueco) decidió que era un lugar bastante atípico y emocionante para un matrimonio. ¿El lugar? El famoso
hotel de hielo: lugar del que hablaré más adelante. La moraleja: Nunca vuelvo a decir que tengo frio en Bogotá.
¿Y qué es Kiruna?
Kiruna es el segundo municipio más grande del mundo y está ubicado en Suecia a 145 km. del circulo polar ártico. Es famosa por ser el municipio más septentrional de Suecia (que queda más al norte) y porque es un sitio ideal para observar, nada más y nada menos que, la aurora boreal; lo curioso es que muy pocas personas han oido de este municipio (insisto, me incluyo). Para darles una idea:
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Kiruna en el mapamundi |
¿Cómo llegar a Kiruna?
A Kiruna se llega por avión o por tren. Por avión, hay vuelos desde Estocolmo (Arlanda) en aerolíneas
low-cost, desde Barcelona, Paris, Frankfurt, Munich entre otras hay vuelos directos a Kiruna.
Por tren se llega desde Estocolmo en la estación
Stockholm Cityterminalen hasta Kiruna en un recorrido de aproximadamente 17 horas.
Mi itinerario, desde el 28 de febrero de 2013, fue Bogotá-Barcelona, Barcelona-Estocolmo por avión y posteriormente Estocolmo-Kiruna en tren nocturno llegando 3 de marzo. Esto por 2 razones principalmente: fue la mejor opción economica y nunca había viajado en tren. Así pude descansar y dormir bien en el tren ahorrandome una noche de hotel... seguramente para muchos no será opción ya que los vuelos hasta Kiruna desde Estocolmo son de solo 2 horas. Se debe tener cuidado en escoger los vuelos ya que las aerolíneas
low-cost generalmente hacen escala de un día para otro.Yo utilice
Expedia para comprar los tiquetes aéreos incluso los de la aerolínea local y para los trenes utilicé
SJ (una de las empresas ferroviarias de Suecia)
Preparándose para Kiruna
Ver a Kiruna en el mapa solo te hace pensar en algo: !el frio va a ser terrible! y... efectivamente. Afortunadamente la amiga de mi novia ya lleva un buen tiempo viviendo en Estocolmo y nos dió varios
tips para el frio.
Lo primero que se debe hacer es pensar en llevar ropa térmica: la ropa base, un saco o suéter, pantalón (que parece una licra... la versión para hombres es muy femenina pero ni modos :(), guantes con relleno de felpa o algo peludo dentro (importantísimos), gorro o pasamontañas, bufanda, chaqueta térmica grande en lo posible y, por encima de todo, zapatos térmicos. ¿Porqué los zapatos son tan importantes? Porque el frio en los pies es más fuerte que en el resto del cuerpo y al llegar a doler, la incomodidad te deja practicamente anulad@. Eso si... protegerse bien los pies con medias largas ya que las botas pueden lastimar. Recomiendo la tecnología
Omniheat de
Columbia, pero valga la pena decir que no es cuña publicitaria ni tengo nada que ver con la marca.
Esta ropa, como muchos estarán pensando, es muy costosa en centros comerciales y comercio local. Y aunque no quiero afectar la economía de mi país, desgraciadamente tuve que pedirlos por Internet desde EEUU para que me saliera por menos de la mitad de lo que la hubiera conseguido aquí. Toda la ropa que conseguí fue de marca
Columbia (espero no tener problemas por nombrar marcas) y debo decir que los resultados fueron excelentes.
Se recomienda que la ropa no sea muy ajustada ya que el espacio que queda entre piel y prendas evita que el frio se quede en el cuerpo. Curioso pero cierto... es mejor llevar ropa amplia, ancha y cómoda.
Luego al estar en Kiruna notamos que son importantes unos guantes sin dedos encima de los guantes que ya llebavamos (muy comunes en la población sueca) y unas orejeras.
Si van a viajar en tren, recomendamos llevar comida (pan tajado, atún, jugos, etc.) ya que la alimentación es muy costosa.
!Por fin en Kiruna!
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Al fondo la estación de tren de Kiruna... adelante el monumento a la minería |
Sin duda, salir el 28 de febrero y llegar el 3 de marzo a medio día puede resultar tedioso pero valió la pena. No conocía la nieve y aunque la estuve viendo por la ventana del tren durante 17 horas, la experiencia de por fin verla de cerca y tocarla fue única. El medio día del 3 de marzo fue un día soleado pero bastante gris. La temperatura era de -12ºC y nunca había sentido que el frio fuera tan fuerte... era un frio seco, sin brisa, pero que en poco tiempo te empezaba a dormir algunas partes de la cara y los dedos de las manos. Siempre pensé mucho en Karen... aunque ella vive en Bogotá hace un tiempo, es nacida en Cartagena, una ciudad costera y soleada que contrasta mucho con lo que debió sentir.
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Karen y el tren de SJ que llevaba hasta Kiruna |
Nos resguardamos un momento en la estación de tren y notamos que el
hotel Vinterpalatset donde ya había reservado por
Booking por sus buenos comentarios quedaba a pocos metros de allí mismo. Esto fue una suerte en cierta parte porque no tuvimos que gastar en transporte pero halar el pesado equipaje en esos pocos metros con ese frio intenso resultó ser un esfuerzo complicado para el cansancio que ya habiamos acumulado por el viaje.
El frio empezaba a hacer su trabajo: las manos se entumecían, la cara se empezaba a dormir y, por algún motivo, la respiración se hacía un poco más difícil... sin embargo la emoción era más fuerte. Luego de cambiarnos de ropa, el hambre también empezaba a ser más fuerte. Sin embargo, los suecos (quienes hablan tanto sueco como inglés fluidamente) son bastante estrictos en sus horarios de alimentación. El almuerzo suele ser desde las 12:00 m hasta las 2 p.m. y en algunos sitios hasta las 3 p.m... fuera de este horario, !que la fuerza te acompañe! aunque se logra conseguir algunos sitios de comidas rápidas. Recomiendo el
köttbullar (se pronuncia
chotbular): plato típico sueco de albóndigas... esto sobre todo para evitar comer comida chatarra todo el tiempo.
Como recomendación: el agua sueca embotellada es muy costosa pero para suerte del turista, el agua de grifo es limpia, deliciosa y gratuita. No duden ni por un momento en llevar una botella y mantenerla llena del agua de su hotel para sus caminatas.
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Entrada al hotel Scandic |
Como en todo viaje, la idea es conocer y conocer, caminar y conocer, caminar, caminar y conocer... pero el frio lo hacía un poco dificil. Luego de haber almorzado, decidimos caminar un poco y conocer algo de Kiruna; lo inevitable por conocer: el horizonte. Siendo mi primera vez en un sitio como este, ver el horizonte tan blanco y a la vez imponente fue deslumbrante. Tomé cuanta foto se me ocurrió, miraba y miraba y no alcanzaba a comprender lo hermoso que se veía aún siendo blanco y con un sol borroso que a duras penas se alzaba a un cuarto de cielo.
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Kiruna desde el Hotel. Al fondo parte de la mina principal. |
Este mismo día arreglé el tema de
Northern Ligths Tour o "tour de las luces del norte". En una especie de agencia en la plazoleta central pregunté por el paseo nocturno para ir a ver la aurora boreal. Generalmente ofrecen 2 planes principales (o los más atractivos) que son el paseo en trineos halados por perros Husky o en
snowmobile (una especie de
jetsky para nieve). Tuve que optar por el segundo plan porque el primero era el más solicitado y ya no tenían cupos. Si pasan por supermercados pueden comprar caviar: es económico y dura un buen tiempo. Finalmente, quedó para el día siguiente... asi que pensabamos descansar pero lo mejor venía justamente hoy.
Hacia las 9:30 p.m. recibimos una llamada a la habitación del hotel. !Era la amiga de mi novia exclamando que debiamos salir inmediatamente y ver la aurora boreal! Sali tan rápido como pude y presencié el, hasta ahora, espectaculo más maravilloso que he podido ver. El cielo tenía pinceladas verdes neón grandes que se movian ondulantes... no podía darle crédito a lo que veía. !No había hecho aún el tour de las luces del norte y ya la había visto! Era un buen presagio y además, la aurora boreal fue comentario del vecindario al día siguiente.
La siguiente mañana era más fría que la anterior pero tenía todo el ánimo inyectado por la aurora boreal, asi que luego de un exquisito desayuno (comer salmón crudo y caviar en el desayuno es muy común ya que allí es muy económico) en el hotel salimos a seguir conociendo. Nos tomamos fotos en la famosa iglesia de madera de Kiruna al estilo Art-Noveau, visitamos los alrededores, almorzamos lasagna y... bueno... por algo los días en invierno no son tan largos. !A prepararse para el tour de las luces del norte!
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La iglesa, Karen y yo |
Northern Lights Tour
A eso de las 8 p.m. llegamos a la misma agencia donde conseguí el plan. A pesar que creiamos ir preparados para el frio, nos hicieron cambiar de botas, de ropa y de accesorios para el frio... esa si era ropa para las inclemencias del invierno. Luego subimos a una van y tras recoger otros integrantes del plan en otros hoteles (incluyendo el Hotel de Hielo) tomamos una carretera de la que no se veía a mas de 5 metros adelante. Hacia las 9 p.m. llegamos a una casa donde tenían los
snowmobile. Nos explicaron su funcionamiento, como manejarla, como prendiamos la calefacción del manubrio y, lo más importante, si algo le pasaba al
snowmobile, nos iban a descontar algo asi como 1,800,000 pesos colombianos por los daños.
Comenzamos el recorrido encabezado por los guías y entre cada carrito se dejaba una distancia de casi 20 metros. El camino era hacia la nada... un desierto de nieve y un cielo totalmente despejado e iluminado solo por las estrellas (que no eran muchas). Por momentos se marcaba el camino entre árboles pero de repente los árboles desaparecian y no se veía nada a ambos lados. !Era impresionante! Duramos, calculo yo, una hora manejando el
snowmobile a una velocidad que no excedía los 30 kms... durante este tiempo no vimos la aurora boreal y el frio se volvía insoportable. La nieve que estaba en el aire formaba una especie de cortina en los ojos al quedarse en las pestañas... durante una de las breves paradas, la guía se nos acercó y nos dijo "estamos a -25ºC"... ahi comprendí porque sacar una mano del guante era tan doloroso.
Llegamos a una vieja chocita donde entramos para tomar algo de calor. Los guías prendieron una hoguera, prepararon café y comida típica laponesa: una especie de sudado de papas con crema de leche que aunque no estaba tan bueno, lo caliente lo hacía delicioso. Luego de unos 30 minutos, tomamos el camino de vuelta. Casi llegando nuevamente al sitio de partida nos hicieron parar, apagar las luces de las motos y mirar al cielo... nuevamente la aurora boreal aparecía pero esta vez, muy timida. Una estela blanca casi imperceptible estuvo casi por 2 minutos y luego desapareció. En ese momento, los guías perdieron la esperanza de verla claramente por esa noche asi que... de vuelta al hotel.
IceHotel
El día siguiente era el matrimonio: la excusa que nos llevó a Kiruna. Hacia las 12 p.m., en el día más frio de todos y muy elegantes pero abrigados hasta la coronilla, tomamos un bus que nos dejaría en la puerta del famoso
Hotel de Hielo. Este hotel, ubicado en Jukkasjärvi a 17kms de Kiruna, está abierto entre diciembre y abril de cada año y su atractivo es el museo en el que se convierte. Una cantidad de habitaciones de hielo cada una ambientada con algún tema, ya sea deportivo, espacial, cultural, etc. y un bar, el Absolut Ice Bar, hacen de este hotel un atractivo turisitico. Adicional a esto, tienen una iglesia de hielo el cual prestan para eventos como el de hoy. Antes de la ceremonia, pasé al bar del hotel (no el de hielo) y probé el mejor chocolate que he probado en mi vida, un sabor especial y tan caliente como puede resistirse.
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Hotel de hielo |
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Carta del bar de hielo |
Luego del matrimonio hubo cena de reno con trufas... !muy delicioso! Luego hubo baile donde gocé de popularidad por ser el único que sabía bailar salsa (jejejeje)
El regreso a Estocolmo... ¿que me faltó por hacer?
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Yo, de regreso... |
El 6 de marzo tomaba el tren de regreso a Estocolmo. Aunque el frio fue muy duro conmigo, no dudaría en volver a Kiruna. Entre otros planes está la visita a la mina, toures diurnos para ver la vida salvaje de Kiruna, patinar en el rio Torne congelado y esquiar. Para el bolsillo latinoamericano, este viaje es un poco costoso pero valió la pena... quisiera repetirlo, pero eso si y sin ninguna duda... en la misma compañía en la que fui a este viaje.